Son ya ocho meses con el SARS-CoV-2 entre nosotros, y cada vez más gente empieza a estar hasta la coronilla del coronavirus. Fueron primero tres meses de confinamiento estricto sin poder salir siquiera de casa entre marzo y junio; luego varios meses más de enmascarillamiento obligatorio en el exterior aunque no haya ni una sola persona más en toda la calle; de distanciamiento social, citas previas, restricción de viajes, limitaciones de aforo, cancelación de actos de todo tipo y otros cien incordios más.
Leer más