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VALIENTES: Los guardianes de la inocencia

Parecía un domingo común. El pase de visita en la mañana, conversar con los pacientes, buscar síntomas de la COVID-19, plasmar en la historia clínica el resultado de esas pesquisas.

Para los doctores del Centro de Aislamiento número uno de Caibarién, la guardia médica también implicaría vencer el sopor de las tardes y esperar por la brisa que siempre llega al lugar, ubicado a 20 metros de la costa y con la bondad de tener solo el mar por delante. Sin embargo, a media jornada todo cambió.

Casi en tiempo récord las autoridades de salud del territorio decidieron abrir un segundo local para aislar a 31 niños de siete años, a un adulto acompañante por cada uno y a su maestra de segundo grado. Todos eran contactos de un compañero de aula confirmado con el SARS-CoV-2 y debían ingresar bajo vigilancia.

Entonces se convirtieron en prioridad y aparecieron doctores, enfermeras y todo aquel dispuesto a dar una mano para resguardar la infancia y la inocencia.

La Dra. Lisandra Rodríguez fue una de las primeras en llegar. Con una especialidad en Medicina General Integral, ella tuvo a su cargo la organización de la atención médica y alistarlo todo para recibir a los pacientes. En solo minutos cambió su guardia en la sala dedicada al monitoreo de otras arbovirosis para ponerse cara a cara contra el nuevo coronavirus.

Para Lisandra y para todo el equipo médico del lugar, ese sacrificio encuentra su recompensa todos los días a las nueve de la noche desde los balcones y portales de cada barrio cubano.

Lusimy, el ejemplo

Los próximos días Lusimy Costa Reyes no vestirá más que de verde. Para esta joven enfermera ese es su sello desde que Caibarién reportó el primer caso de la COVID-19, pero ahora significará también el atuendo que más reconocerán los más de 30 niños niños del Centro de Aislamiento de Villa Caoba. Ella vivirá a su lado hasta que cumplan las dos semanas de cuarentena.

Javier: “El reconocimiento del pueblo vale más que todo el dinero del mundo”

El Dr. Javier Rodríguez Domínguez habla despacio, como si quisiera analizar cada frase. Con 55 años de edad, dos especialidades y más de tres décadas vinculado a la medicina, sabe que vive hoy un momento único en su carrera y en la de sus colegas. Con la responsabilidad de liderar al personal de salud que estará los primeros 14 días con los niños y sus familiares en el Centro de Aislamiento, reconoce que misiones como estas marcan una vida.

Y así siguen Javier, Lisandra y Lusimy, los rostros más visibles de un equipo de trabajo que tiene también al personal de servicio, a choferes, cocineras y administrativos como columnas vitales de un Centro de Aislamiento que guarda las esperanzas y el futuro de decenas de familias cubanas. Todos ellos, humildes, consagrados, muchas veces ocultos detrás de las gafas de seguridad y los nasobucos, son los guardianes de la inocencia.

 

Palabras clave: covid-19, enfrentamiento, Caibarién

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