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Seguros y en casa

Mientras la provincia de Villa Clara avanza en el control de la propagación del nuevo coronavirus, 12 menores conviven en el Hogar para niños sin amparo familiar Número 3 de Santa Clara, protegidos del contagio y con la atención de las diferentes instituciones encargados de su cuidado.

«Acá están representados los niveles de enseñanza de círculo infantil, primaria, secundaria básica, politécnico, pre pedagógico y otros jóvenes que ya trabajan», explicó la directora del hogar, Rayda Marrero Sol.

Según ella, la disposición de varios televisores en las diferentes habitaciones de la casa les permite distribuir a los diferentes menores para visualizar la programación que la Televisión Cubana ha puesto a disposición de los estudiantes.

«A la hora de las teleclases, se organizan en la sala del hogar y luego, a las dos de la tarde, viene la Asistente para el Trabajo Educativo y junto a ella se realizan los ejercicios», explicó la directora del hogar, ubicado en el centro de la capital provincial.

Ray Díaz Hurtado, alumno de séptimo grado, dijo estar contento con la asignación de las teleclases, «pues, como no podemos ir a la escuela a causa del coronavirus, aun así nos preparan para el futuro».

Mientras la provincia de Villa Clara avanza en el control de la propagación del nuevo coronavirus, 12 menores conviven en el Hogar para niños sin amparo familiar Número 3 de Santa Clara, protegidos del contagio y con la atención de las diferentes instituciones encargados de su cuidado.

«Acá están representados los niveles de enseñanza de círculo infantil, primaria, secundaria básica, politécnico, pre pedagógico y otros jóvenes que ya trabajan», explicó la directora del hogar, Rayda Marrero Sol.

Según ella, la disposición de varios televisores en las diferentes habitaciones de la casa les permite distribuir a los diferentes menores para visualizar la programación que la Televisión Cubana ha puesto a disposición de los estudiantes.

«A la hora de las teleclases, se organizan en la sala del hogar y luego, a las dos de la tarde, viene la Asistente para el Trabajo Educativo y junto a ella se realizan los ejercicios», explicó la directora del hogar, ubicado en el centro de la capital provincial.

Ray Díaz Hurtado, alumno de séptimo grado, dijo estar contento con la asignación de las teleclases, «pues, como no podemos ir a la escuela a causa del coronavirus, aun así nos preparan para el futuro».

Mientras la provincia de Villa Clara avanza en el control de la propagación del nuevo coronavirus, 12 menores conviven en el Hogar para niños sin amparo familiar Número 3 de Santa Clara, protegidos del contagio y con la atención de las diferentes instituciones encargados de su cuidado.

«Acá están representados los niveles de enseñanza de círculo infantil, primaria, secundaria básica, politécnico, pre pedagógico y otros jóvenes que ya trabajan», explicó la directora del hogar, Rayda Marrero Sol.

Según ella, la disposición de varios televisores en las diferentes habitaciones de la casa les permite distribuir a los diferentes menores para visualizar la programación que la Televisión Cubana ha puesto a disposición de los estudiantes.

«A la hora de las teleclases, se organizan en la sala del hogar y luego, a las dos de la tarde, viene la Asistente para el Trabajo Educativo y junto a ella se realizan los ejercicios», explicó la directora del hogar, ubicado en el centro de la capital provincial.

Ray Díaz Hurtado, alumno de séptimo grado, dijo estar contento con la asignación de las teleclases, «pues, como no podemos ir a la escuela a causa del coronavirus, aun así nos preparan para el futuro».

Directora del hogar de niños sin amparo familiar
Rayda Marrero Sol,  directora del hogar de niños sin amparo familiar. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

La dirección del centro ha dispuesto que almuercen primero las hembras y luego los varones, para evitar la aglomeración en la mesa. A la hora de la siesta, se dividen también entre la planta alta y la baja, al igual que el horario de baño. Aunque se respeta el tiempo de juego, tratan de mantener el distanciamiento prudencial entre unos y otros para evitar contagios.

«El médico de la familia nos orientó mantener con la mascarilla sanitaria a aquellos niños que tengan gripe», precisó Marrero Sol. «El resto, si necesitan salir a la calle, algo que tratamos de minimizar al máximo posible, lo hacen usando su nasobuco».

Según la directora, existe un vínculo muy estrecho entre la institución y el consultorio, ya que reciben la visita diaria de los profesionales de la Salud y, ante cualquier situación, su respuesta es inmediata. «Otras cuestiones como el asesoramiento por parte de la dirección de Educación y la alimentación han transcurrido sin problemas, con un seguimiento constante de las organizaciones políticas y de masas».

Todas estas disposiciones hacen que los menores que residen en este hogar se sientan seguros. Incluso, María Victoria Reyes Iglesias, alumna de 17 años de la Escuela Pedagógica Manuel Ascunce Domenech, ha tenido que participar en el asesoramiento a sus compañeros más pequeños. «Eso me hace sentir muy bien —dijo la joven— me hace sentir útil».

La dirección del centro ha dispuesto que almuercen primero las hembras y luego los varones, para evitar la aglomeración en la mesa. A la hora de la siesta, se dividen también entre la planta alta y la baja, al igual que el horario de baño. Aunque se respeta el tiempo de juego, tratan de mantener el distanciamiento prudencial entre unos y otros para evitar contagios.

«El médico de la familia nos orientó mantener con la mascarilla sanitaria a aquellos niños que tengan gripe», precisó Marrero Sol. «El resto, si necesitan salir a la calle, algo que tratamos de minimizar al máximo posible, lo hacen usando su nasobuco».

Según la directora, existe un vínculo muy estrecho entre la institución y el consultorio, ya que reciben la visita diaria de los profesionales de la Salud y, ante cualquier situación, su respuesta es inmediata. «Otras cuestiones como el asesoramiento por parte de la dirección de Educación y la alimentación han transcurrido sin problemas, con un seguimiento constante de las organizaciones políticas y de masas».

Todas estas disposiciones hacen que los menores que residen en este hogar se sientan seguros. Incluso, María Victoria Reyes Iglesias, alumna de 17 años de la Escuela Pedagógica Manuel Ascunce Domenech, ha tenido que participar en el asesoramiento a sus compañeros más pequeños. «Eso me hace sentir muy bien —dijo la joven— me hace sentir útil».

Palabras clave: Hogares para niños sin amparo familiar Villa Clara Contagio por coronavirus

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