Nueva tecnología en Laboratorio de Biología Molecular de Villa Clara

Hablar de la doctora María de Lourdes Sánchez en Villa Clara es referirse a una mujer toda entrega en la importantísima labor que realiza al frente del Laboratorio Provincial de Medicina Molecular, uno de los tres con que cuenta Cuba para poder enfrentar la aparición de virus, bacterias y parásitos.

Su máxima en la vida es amar lo que hace y trabajar en lo que ama, filosofía que considera la clave de sus resultados científicos, que la ubican como una de las microbiólogas más reconocidas del país por su talento y consagración.

Nada hay más importante para ella que su trabajo, adonde llega bien temprano en la mañana y del que muchas veces se le ve partir cuando ya no queda un rayo de luz en el firmamento, más si hay alguna contingencia en materia de epidemias, como las que han afectado a Cuba en los últimos tiempos: zika, dengue o chikungunya.

Gracias a su labor profesional al frente del departamento de Microbiología del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología en el territorio villaclareño, y la de los especialistas que la acompañan en la tarea, miles de pacientes de la región central de Cuba han podido tener en el más breve periodo de tiempo un diagnóstico certero de salud y recibir el tratamiento indicado para su padecimiento.

«Desde que me gradué como médico en 1983, mi gran pasión fue la microbiología, tal vez porque me entusiasma la investigación y el trabajo en los laboratorios», señala la doctora María de Lourdes, quien reconoce que desde pequeña tuvo vocación de servir al ser humano.

«Tal vez por esa condición, yo veo en cada muestra recibida a un paciente que está en problemas, al cual hay que ayudar. Siempre pienso que hay una persona esperando, que necesita recibir lo máximo de nosotros y que lo hagamos con el amor que precisa esta profesión, esa es la mayor satisfacción que puede sentir un médico», expresa la también Vicesecretaria de la junta directiva de la Sociedad Cubana de Microbiología y Parasitología.

Aunque confiesa que no le gusta dirigir, sus subordinados aseguran que lo hace muy bien, porque su precepto es la profesionalidad. «Aquí no puede haber indolencia. Por eso me molesto cuando la muestra llega contaminada, mal elaborada o con una letra ilegible; en ese momento siento un gran dolor por tener que rechazarla, lo que me lleva a exigir porque las cosas se hagan bien», asegura la reconocida especialista.

Tecnología de punta en bien de la salud del pueblo

Cuando la directora del Laboratorio de Medicina Molecular de Villa Clara habla de su institución, lo hace con una pasión desbordada, porque reconoce el esfuerzo de la nación, que en medio de grandes carencias y dificultades, no escatima recursos ni esfuerzo para dotar al sistema de salud cubano de una tecnología que tienen los países altamente desarrollados y que en Cuba solo existe, además, en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (ipk) y en Santiago de Cuba.

El centro, creado en 2018, garantiza el dictamen de infecciones del sistema nervioso central, sin descartar otras de origen congénito y aquellas adquiridas por transmisión sexual, explica la doctora Sánchez Álvarez, quien reconoce la facilidad creada para el rápido diagnóstico de enfermedades ocasionadas por virus, bacterias y parásitos.

Con un costo aproximado de unos 100 000 pesos –solo en equipamiento–, el laboratorio está dotado de moderna tecnología, donde se incluye un equipo procesador del ácido nucleico, capaz de extraer el genoma de 96 muestras a la vez en solo 140 minutos, cifra muy superior al método anterior, que permitía procesar 12 en poco más de una hora, lo cual facilita el diagnóstico precoz y oportuno del paciente y su tratamiento inmediato.
Para ilustrar el valor de la novedad, explica que un ensayo molecular o diagnóstico de este tipo en el mundo está entre los cien y 110 dólares, y un solo estuche de toma de muestra puede costar diez o 12 dólares, lo que evidencia la importancia de contar con centros como este.

Entre las ventajas del laboratorio, la doctora Lourdes Sánchez Álvarez también señala su utilidad en la alerta temprana de agentes infecciosos, para lo cual están en capacidad de estudiar muestras sanguíneas, de orina, de líquido cefalorraquídeo, esputos, heces fecales y diferentes fluidos corporales en dependencia de las pesquisas solicitadas desde las instituciones hospitalarias.

Otro beneficio es el acortamiento del tiempo para el hallazgo de virus, bacterias y parásitos, que antes podía demorar hasta 50 días por los métodos convencionales, sin embargo, ahora el resultado se obtiene en apenas dos horas, lo que facilita viabilizar el manejo clínico y el corte de la cadena de transmisión a partir de acciones epidemiológicas.

«Contar con esta institución evita el envío de muestras al centro rector de la Microbiología en Cuba, radicado en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (ipk), de La Habana, por lo cual Villa Clara quedó insertada a la red nacional, junto con la unidad de Santiago de Cuba», explica la especialista.

Por razones como esas, la doctora Sánchez Álvarez no duda en afirmar que si volviera a nacer no dudaría en ser médico y microbióloga. Su último sueño es acreditar la especialidad, un reto que de seguro alcanzará, porque para ella no existen metas inalcanzables.