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Enfermedades emergentes y reemergentes: la lección de no olvidar

  • FUENTE: CMHW
  • 20 Febrero 2018

Los golpes enseñan, dice el proverbio. Y es un precepto que para el mundo ha estado claro –o debería– en las últimas dos décadas. Al menos en lo que a las llamadas enfermedades infecciosas emergentes o reemergentes se refiere, y que han mantenido en vilo a todas las regiones del planeta, ante esa incesante lucha de los microrganismos por sobrevivir buscando brechas en las barreras que protegen a los seres humanos contra determinada infección.

«La primera de las lecciones que nos han dejado es que el estar en un lugar no significa que no puedan expandirse con rapidez a otro, por muy distante que parezca», comenta a Granma la doctora María Guadalupe Guzmán, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK).

De acuerdo con la especialista, se está observando la emergencia de un gran número de enfermedades infecciosas, y dentro de estas principalmente las virales. A su vez, respecto a estas últimas ocupan el predominio las enfermedades transmitidas por artrópodos, donde los llamados arbovirus son las que prevalecen.

«Todos estamos muy acostumbrados al dengue, por ejemplo, y en relación con este virus, no se nos puede olvidar por qué llega a ser letal. Sin embargo, sus consecuencias más graves pueden evitarse si se piensa tempranamente que, aunque no tiene un tratamiento específico, el líquido, que es la terapia de elección que tenemos, salva vidas».

Por otra parte, dijo la doctora Guzmán, «hemos oído en dos o tres años nombres que la población no conocía, pese a que por ejemplo virus como el Chikungunya se conocen desde los años 50 en África, con brotes no alarmantes. Pero a partir del año 2004, se produce una salida del mismo con brotes en Kenya, isla Reunión, de donde subió a la India, Tailandia e incluso aparecieron casos en Italia. Parecía que ahí quedaba su circulación hasta que en el 2013 se detecta Chikungunya en el caribe francés, en la isla San Martin, e increíblemente fue un virus que se diseminó muy bien por todas las Américas, donde encontró una población susceptible y barrió prácticamente toda la región».

Muy rápido aparecería otro virus, «que no era conocido, al menos en los diarios, aunque sí se había registrado desde la década de los 40 en África: el Zika. Se sabe que a partir del año 2007 sale al Pacífico a diferentes islas, y se detectan los primeros casos en Brasil en el 2015. También rápidamente se disemina por las Américas, donde tampoco había inmunidad. ¿Qué tienen en común estos tres arbovirus? Pues que son transmitidos por el mosquito del género Aedes».

Para la entrevistada, si fuésemos capaces de disminuir las densidades de este vector, podríamos controlar mejor estas tres enfermedades. «En todo este andar, no puede obviarse el virus de la fiebre amarilla, un viejo conocido, más para los cubanos que tenemos la suerte de contar entre nuestros científicos al sabio Carlos Juan Finlay, quien descubrió a su agente transmisor. Una enfermedad que tiene una buena vacuna, pero que sigue siendo un reto. Recientemente hubo reportes de un brote que costó trabajo controlar en Angola y el Congo, y más recientemente en Brasil. Estos elementos nos indican que este virus es un riesgo, y también se transmite por Aedes. Estamos hablando de que si el Zika tiene la connotación de la microcefalia y síndromes neurológicos; si el Chikungunya tiene un cuadro de dolores articulares y artritis prolongado de hasta dos años, si el dengue puede llegar a matar, la fiebre amarilla es mucho más severa y letal. Y en todo este contexto no podemos olvidar la situación del virus Ébola, en la cual estuvo envuelta África en el año 2014 y fue un riesgo para la humanidad entera, y donde Cuba tuvo una actividad muy fuerte en la capacitación, tanto del personal cubano como extranjero, y en el enfrentamiento a este virus junto a profesionales africanos y de otras partes del mundo», subrayó la doctora María Guadalupe Guzmán.

Y pareciera que no existe entre cada ciudadano y esta historia un nexo más cercano. Pero no solo «las enfermedades emergentes siguen siendo uno de los temas más complejos para la región de las Américas, porque los virus están ahí, sino que además necesitamos seguir mejorando nuestra capacidad de respuesta», apunta a este diario el doctor Jairo Andrés Méndez Rico, asesor regional para enfermedades virales, del equipo de Emergencias en salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

«En el caso de los virus que son transmitidos por mosquitos, mientras esté presente el vector, estarán circulando. Definitivamente –y el mensaje es claro– tenemos que fortalecer planes y mecanismos de control de los vectores y ello no depende de las organizaciones o gobiernos solamente, sino que hay un componente social fundamental: el compromiso de las personas de eliminar criaderos en sus casas es fundamental. Que los ciudadanos comprendan su papel también como gestores de salud es muy importante, porque el control de los vectores empieza desde el hogar», señaló

Palabras clave: Enfermedades emergentes y reemergentes factores de riesgo

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